miércoles, 6 de mayo de 2009

Reflexión sobre la conciencia, en relación a lo apolinio y lo dionisíaco.

En un trabajo del año 1869,llamado " Homero y la filosofía clásica", Nietzche nos dice: "La filosofía está representando aquí como una mezcla o agregado heterogéneo de instintos científicos y estéticos totalmente inconexos, posteriormente reunidos en una determinación común, que crea una especie de monarquía aparente". Esto podría ser una primera definición de conciencia.
Cuántas veces nos cuestionamos sobre lo que sentimos en nuestra conciencia como algo malo. Esto es una lucha sin duda de la dualidad que vivimos sobre lo que nos dicata nuestro inconsciente, el cual es libre, y que nos exige necesidades que incluso podemos desconocer. En algún punto de nuestro desarrollo hemos decidido apartar ciertos instintos y manejarlos porque los consideramos no idóneos para la cultura en la que nos desenvolvemos. Hemos mutado una biología síquica con tal de adaptarla al modelo moderno, postmoderno o hipermoderno en el cual nos desenvolvemos, si queremos no ser aislados o sufrir por tener que privarnos de esas ciertas satisfacciones a las que ya no podríamos acceder, provocando según afriman Niestsche o Freud, diversas patologías y,de manera menos grave, cantidades de frustraciones.
El intentar sepultar estos instintos es lo que da origen a un nuevo órgano: La conciencia.

Cristina Rodríguez Silva

1 comentario:

  1. Aprovecho este trampolín a la reflexión personal basada en autores analizados en clase para añadir una diferencia que siempre me ha atraido. La diferencia entre CONCIENCIA Y CONSCIENCIA.

    Ambos términos provienen de la misma palabra latina "conscientia" y significan lo mismo, la diferencia se establece porque en psicología se emplea el término culto (consciencia) y no el patrimonial (conciencia). La conciencia es una capacidad (o fenómeno) que permite que podamos darnos cuenta (prestando atención) de lo que sucede tanto a nuestro alrededor como en nuestro interior; por lo tanto, no somos conscientes sino que nos hacermos conscientes. Pero nos somos conscientes por el hecho de que existe la conciencia, sino que hay una serie de herramientas o capacidades inextricablemente unidas a esta capacidad, que permiten ir tomando conciencia y por ende ser más conscientes. No obstante, ser consciente también supone un “peso” cuando aquello de lo que somos conscientes no nos gusta, nos abruma o agobia.


    Personalmente creo que estamos en la era de la Consciencia. En la era de superar ese "peso" para convertirlo en una forma de pensar, de vivir, y finalmente de ser.

    Anna Pujol.

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